Después de
nuestra fabulosa experiencia en Iran, hace dos años, nuestra intención era
utilizar el couchsurfing para
nuestro viaje a Chipre, y en nuestra estancia en Wadi Musa (Petra), porque
teníamos solucionado el alojamiento en Ammán, en casa de Alí.
Pero nos falló.
Hicimos muchas peticiones, publicamos nuestro viaje completo e hicimos decenas
de peticiones individuales, en Pafos, Lárnaka, Nicosia y Famagusta, las
ciudades que íbamos a visitar. Sólo una chica se ofreció para alojarnos una
noche en Nicosia, de las dos que solicitamos, (y aun así, con alguna excusa por
cambio de domicilio). Naturalmente, fue una frustración para nosotros: nos
habría gustado mucho hablar con chipriotras, grecochipriotas y turcochipriotas,
ver su modo de vida, algunos rincones que son difcíles de ver para turistas, y
también así comprender la situación actual de la isla, su división y quizas
también la actual esperanza de
reunificación (según lo que leímos, también en los perfiles de couchsurfing).
Así que
contratamos hoteles y hostales.
En Pafos, como
llegábamos por la noche, buscamos un Hotel que tuviera abierta la recepción, el
Hotel Kyrinas. Ese detalle y el
encantador desayuno en el jardín a la mañana siguiente fueron las únicas cosas
positivas del Hotel. La habitación era muy pequeña y el baño sin agua caliente.
Es una mansión antigua en la zona alta, en la misma calle (!) que nuestro
alojamiento a la vuelta de Nicosia y la última noche, a la vuelta de Jordania, la Casa Trianon. Esta es una casa
grande, en un primer piso, con grandes y luminosas habitaciones (la nuestra,
con tres camas), muchas duchas, servicios y zonas comunes. Da la impresión que
han unido dos viviendas, y no está muy ocupada; de hecho, solamente vemos a
Koula, la propietaria, Kris, el taxista que nos llevará las dos veces al
aeropuerto, y Thimoty, un simpático pero extravagante huesped que sustituirá a
Koula el último día. La estancia aquí fue muy agradable, con la comodidad de
estar como en casa propia. El único inconveniente fue la falta de
refrigeración, suplida por un gran ventilador en el dormitorio.
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Hotel Kyrinas |
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Casa Trianon |
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Con Thimoty, de la casa Trianon |
En Lárnaka nos
costó muchísimo encontrar nuestro alojamiento
“turístico”. Era una habitación más grande que la del Kyrinas, con una cama
grande, y con baño compartido. Al menos, tenía aire acondicionado y no estaba
excesivamente lejos del final del paseo marítimo, donde estaba la parada de
autobuses. Y sólamente era una noche.
En la siguiente
etapa, Famagusta, el Hotel Port View,
de cierta categoría en la zona del puerto comercial, a buen precio, con una
habitación espectacular y un servicio muy bueno. El recepcionista, azerí, muy
amable, nos ayuda con la información de desplazamiento a Salamina, pidiéndonos
taxi.
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Hotel Port View |
La sorpresa de
los alojamientos en Chipre fue la Casa
Arsinoe de Nicosia. Una auténtica casa “mediterránea” en el corazón de la
ciudad griega. Una casa elegante, con una decoración encantadora, un patio
central que hace las veces de sala de estar, y una cocina y dos baños muy
espaciosos. También una terraza “lounge” donde tender. Todo lo necesario para
una estancia agradable y cómoda, casera. Sólo tenemos ocasión por unos momentos
de saludar a la dueña, su hermana y una amiga, muy amables. Parecemos los
únicos huéspedes, a parte de una chica oriental y Andreas, un greco-chipriota,
con el que tenemos una conversación larga con algunas informaciones sobre la
sociedad isleña.
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Casa Arsinoe |
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Con Andreas, en la Casa Arsinoe |
Ya en Jordania,
en Ammán, el apartamento de Alí es
pequeño: un pequeño salón, una habitación con dos camas, una minúscula conica y
también un baño pequeño. Suficiente para nosotros, claro, y con la comodidad de
la confianza que nos ofrece Alí en cada momento. Él pide un colchón a un vecino
y nos acomodamos en él y en el sofá. El apartamento está en una zona
estudiantil, muy cerca de la Universidad, con todos los servicios que Alí
conoce bien.
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Apartamento de Alí |
Nuestra gran
decepción en el viaje fue el alojamiento en Wadi Musa. Programando el viaje,
allí intentamos el couchsurfing sin éxito, y también algún alojamiento “alternativo”.
Al final, nos decidimos por la casa
Alhamaddín, por ser el más barato y por la referencias que tenía. El estar
lejos de la entrada a Petra, según las referencias, se suplía con la amabilidad
del dueño que, según esto, te trasladaba en su propio vehículo. No fue así.
Estábamos lejos, sí, y el dueño sólo apareció para “recibirnos” y cobrar por
adelantado. Menos mal que Adam, una especie de ayudante, estuvo pendiente de
nosotros. La habitación, sin aire acondicionado, con ventiladores; y la falta
de higiene en los servicios, completaron el “panorama”.
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Casa Alhamaddín |
Por último el Starlight Camp, en Wadi Rum,
solamente tuvo el inconveniente de las “pulgas” cuyas picaduras descubrimos al
día siguiente. Nuestra tienda, correcta; los baños, no muy cómodos; los
espacios comunes, amplios (quizá también por los pocos turistas que éramos,
cuatro parejas). Y, lo mejor,....¡el espacio colindante para ver las puestas y
las salidas de sol en el desierto!
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