Ha sido la
verdadera razón de nuestro viaje, claro, y la disfrutamos con intensidad. Con
el Jordan Pass (la especie de visado de entrada conjunto con las entradas a los
monumentos del país) elegimos la opción de entrada a Petra para tres días, el
Jordan Pass Expert y fue un acierto.
Hay mucha
información sobre Petra y no vamos a extendernos en cuestiones conocidas o que
se pueden encontrar en cualquier guía turística. Pero sí que queremos remarcar
algunas cuestiones que quizás nos pueden pasar más inadvertidas y que, para
nosotros, son importantes.
En primer lugar,
la gran extensión del yacimiento, del lugar arqueológico. Por eso, los tres
días en los que visitamos Petra, recorriendo 64 km en total, una visita muy
completa (para nuestra edad y nuestras condiciones físicas).
En segundo lugar,
nuestra opción por ir un poco más allá del nucleo turístico propiamente dicho,
sobre todo, después de la subida al Altar de los Sacrificios, el itinerario
casi solitario por el Wadi Farasa.
Así el primer día
fue el que más nos detuvimos en el Siq:
los detalles de la conducción de agua lateral, la Caravana, erosionada, o la visión de las paredes veteadas casi
cerrándose por arriba fue lo que más nos llamó la atención.
No se puede
describir la emoción de las primeras visiones del Tesoro por el hueco alargado del final del Siq. Ni tampoco la
primera visión de toda la fachada completa.
La siguiente
parada es en el Teatro, con las
graderías completamente esculpidas en la roca.
Nuestro plan en
este primer día en el que habíamos entrado un poco tarde en Petra, era ir casi
directamente al Restaurante, comer allí, y tomarnos con calma la subida y la
bajada al Monasterio. Las escaleras
esculpidas muchas veces en las rocas (800 escalones), los barrancos con
adelfas, las sombras de la tarde y la tranquilidad por el tiempo del que
disponíamos, hicieron del camino una experiencia cansada pero también agradable.
En el inicio del recorrido está, algo escondida a nuestra derecha, la Tumba de los Leones. En lo alto, la
fachada del Monasterio contemplada con tiempo a esa hora de la tarde, incluso
subiendo al Mirador y vista desde la
altura, ofrece espectaculares colores a la tarde.
|
Tumba de los Leones |
También la puesta
de sol, con colores dorados, sobre la
Calle de las Fachadas. Ya en el Sik, los preparativos de velas para el
espectáculo del Petra by Night, que
no nos vimos con fuerzas para ver...¡Teníamos que ir hasta la entrada y volver
sobre nuestros pasos!
A cambio, tuvimos
un buen “regalo” al llegar cerca del hotel en la parte alta de Wadi Musa: la
celebración de una boda popular, con los bailes “ingenuos” y amicales de los
hombres, mayores y niños, al ritmo de un grupo musical folklórico.
Naturalmente, ¡nos invitaron a sentarnos, a beber té y a bailar con ellos!
El segundo día
nos propusimos hacer la otra “subida” larga y difícil en Petra: el Altar de los Sacrificios. A las 8,15
horas, ya estábamos entrando. Como en el día anterior, las sombras y soledad
del camino, hicieron menos penoso el trayecto. Naturalmente desde el Mirador
junto al Altar ofrece unas vistas únicas sobre todo el valle del yacimiento.
|
Desde el Altar de los Sacrificios, vista de la Tumba de Aarón, excusa del explorador suizo Jean Louis Burckhardt para "descubrir" Petra |
|
Vista panorámica desde el Altar de los Sacrificios |
Pero, quizás, aún
mejor que las vistas es la bajada por el Wadi Farasa que se inicia a la derecha
de los Obeliscos. La bajada es
vertiginosa al principio, hasta llegar a la Fuente del León, a la Tumba del Jardín, el Triclinio del
Jardín y la Tumba del Soldado Romano,
frente a frente.
|
Obeliscos |
|
Fuente del León |
|
Tumba del Jardín |
|
Tumba del Soldado Romano |
|
Triclinio del Jardín |
A partir de ahí,
el paseo es muy agradable, por una zona muy solitaria, con lugareños que
conducen sus ganados de cabras o que venden, sorpresivamente, suvenirs en las
encrucijadas de caminos. A la derecha está la
Tumba de......, a lo lejos, la Tumba
de la Serpiente. Se rodea la ladera que termina en la Columna del Faraón y, por detras del Qasr Al Bint, llegamos otra vez al Restaurante Nabateo, donde
volvimos a comer.
|
Tumba del Renacimiento |
|
Columna del Faraón |
|
Qsar Al Bint |
Esa tarde la
dedicamos a visitar el conjunto de las
Tumbas Reales: la del Palacio, la de la
Seda, la Tumba Corintia y la
grandiosa Tumba de la Urna, acabando
nuestra visita de hoy en la Tetería del Tesoro.
|
Tumbas Reales |
|
Tumba de la Urna |
|
Tumba Corintia |
|
Tumba de la Seda |
|
Tumba del Palacio |
El tercer día
volvimos a madrugar y a las 8,30 entrábamos otra vez en Petra. Esta vez fuimos
directamente al Columbario, que despertaba nuestra curiosidad. Fijándonos esta
vez en los monumentos centrales: por la
Avenida de las Columnas, a la derecha, los
Mercados, el Gran Templo,...
Desapues del Portal de Tememos, otra
vez rodeando el Qasr Al Bint, encontramos un sendero pedregoso y medio
escondido para llegar al Columbario
y también la Tumba Inacabada.
|
Gran Templo |
Después
ascendimos a los edificios sobre la loma, la ciudad romana: el Templo de los Leones Alados, la Iglesia Azul y la Iglesia de Petra, con los mosaicos de las parejas de animales
del Arca.
|
Templo de los Leones Alados |
|
Mosaicos de la Basílica de Petra |
Una última mirada
al Tesoro y el camino de vuelta emocionada por el Sik: un sueño cumplido.
Sinceramente, creemos que las emociones vividas en Petra son difíciles de
describir con palabras, la única alternativa es sentirlas, vivirlas allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario