lunes, 12 de marzo de 2018

Yazd: el encantador laberinto de barro.

(9 de noviembre)
Trayecto en autobús nocturno Kermán - Yazd

El autobús nocturno NO era VIP y el viaje ha sido el más pesado de todos a pesar del trayecto de apenas cinco horas. En la estación de autobuses de Yadz esperamos que se haga de día y en taxi llegamos hasta el Hotel Sabat que habíamos reservado en la agencia de Shiraz. Es una casa antigua tradicional con patio central y rehabilitada como hotel, pintoresco aunque algo desvencijado. La habitación es amplia, con un baño privado y tiene WIFI.

Trayecto en taxi compartido a la excursión del día.

Puntual nos viene a recoger Amir, el marido de Nina (a la que no pudimos conocer porque no pudo acudir persolamente), la couch que habíamos contactado para la excursión de aquí con antelación  por ser un festivo importante: Arbaeen. Compartimos taxi con Maria y Stefano, encantadores, un matrimonio romano con el que hacemos buenas migas. Kharanaq es la primera parada, un pueblo de barro abandonado en medio de un paisaje impresionante de montañas de múltiples colores. Después, Chak-Chak, el santuario zoroastriano de peregrinación en las montañas, un lugar mágico con el fuego ardiente dentro de un abrigo-cueva. Sencillo y espiritual. Desde allí, más vistas espectaculares de las montañas desérticas y acabamos la excursión en Meybod, otro pueblo de barro con edificios notables: la ciudadela, el caravansarai con la Torre del agua, la nevera... y una auténtica joya: el increíble palomar, perfecto, moderno, maravilloso.

Con Maria y Stefano en Kharanaq
Santuario zoroastriano de Chak-Chak
La increíble belleza del interior del palomar de Meybod

En la visita nocturna a Yadz, para cenar, nos sorprende el Complejo de Amir Chakhmaq, con una iluminación impresionante. La plaza que preside dicho Complejo es un espacio lleno de vida y de relaciones a la ciudad, alrededor de la fuente. Contactamos con Maria y Stefano y acudimos a cenar al restaurante iraní donde están ellos y que es una delicia popular. Y hacemos conjuntamente el paseo por la ciudad vieja de Yadz, patrimonio mundial, con rincones de película e iluminada con luces acogedoras e insinuantes. Acabamos el paseo en la plaza donde se están preparando las ollas de la cena popular de las fiestas de Arbaeen, la multitud allí reunida nos invita efusivamente a que vayamos a probarla, pero ¡es a las 4 de la madrugada! todavía faltan horas y estamos agotados. Una pena no poder asistir a dicho evento.

Complejo de Amir Chakhmaq

Fiesta de Arbaeen junto al depósito de hielo
 
(10 de noviembre)
Situación de Yazd en Irán

El día siguiente hacemos la visita completa a Yadz. Empezamos por el Templo de Zoroastro, el Ateshkadeh, otro lugar mágicamente sencillo donde la llama quema ininterrumpidamente, dicen, ¡desde hace 1.500 años! Después, la Cisterna con las 6 torres de ventilación, cerrada al público; el Saheb a Zaman Club Zurkhaneh, un enorme depósito de agua subterráneo y por encima de este el recinto (cubierto por una magnífica bóveda de ladrillo rematada por un espléndido óculo para ventilar e iluminar) habilitado para la práctica del deporte nacional iraní, donde en ese momento hay un deportista entrenando; otra vez al Complejo Amir Chakhmaq, de día, un espacio diáfano, ceremonial, sólo de fachadas, como telón de fondo a la plaza. La plaza del Reloj, que Maria dijo que era el km 0 del Irán. La Mezquita del Viernes, de los siglos XII-XIV, el pórtico y los minaretes más altos del país, y el trabajo de cerámica precioso en bellísimos tonos turquesa y azules. Al lado, la bella cúpula azul del Mausoleo Bogheh-ye Seyyed Roknaddin. La prisión (que no es ninguna prisión) de Alejandro tiene una cúpula altísima del siglo XIII y unos sótanos espléndidos. Al lado, el bonito Mausoleo de los Doce Imanes. Comemos en el Art Gallery Café, vegetariano, para subir a la terraza y ver desde arriba las panorámicas sobre la ciudad vieja de Yadz mientras disfrutamos de un buen té. Después de comer, tomamos un taxi para llegar a las Torres del Silencio. Otro (¡y van bastantes!) espacio mágico zoroastriano: las montañas peladas, una escalera tallada en la roca y con el recinto amurallado en la cúspide, donde dejaban que los cuervos se comieran los cadáveres, cuyos restos después tiraban al agujero central con cal viva, muy “ecológico”. La hora de la tarde da el punto preciso del sortilegio. De vuelta a la ciudad, todavía visitamos el Museo del agua, un antiguo palacio donde se analiza el sistema de qanats proveedores de agua a través del subsuelo de los desiertos y cuyo conjunto ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Ateshkadeh de Yazd, Templo de Zoroastro

Cisterna con seis torres de ventilación

Atleta entrenando en el Saheb a Zaman Club Zurkhaneh

Mausoleo de los Doce Imanes y, al fondo, la Prisión de Alejandro

Vista de los tejados de Yazd desde el Art Gallery Café
Torre del Silencio






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