miércoles, 1 de abril de 2020

INFORMACIONES PRÁCTICAS, ALOJAMIENTO.



Después de nuestra fabulosa experiencia en Iran, hace dos años, nuestra intención era utilizar el couchsurfing para nuestro viaje a Chipre, y en nuestra estancia en Wadi Musa (Petra), porque teníamos solucionado el alojamiento en Ammán, en casa de Alí.
Pero nos falló. Hicimos muchas peticiones, publicamos nuestro viaje completo e hicimos decenas de peticiones individuales, en Pafos, Lárnaka, Nicosia y Famagusta, las ciudades que íbamos a visitar. Sólo una chica se ofreció para alojarnos una noche en Nicosia, de las dos que solicitamos, (y aun así, con alguna excusa por cambio de domicilio). Naturalmente, fue una frustración para nosotros: nos habría gustado mucho hablar con chipriotras, grecochipriotas y turcochipriotas, ver su modo de vida, algunos rincones que son difcíles de ver para turistas, y también así comprender la situación actual de la isla, su división y quizas también la actual  esperanza de reunificación (según lo que leímos, también en los perfiles de couchsurfing).
Así que contratamos hoteles y hostales.
En Pafos, como llegábamos por la noche, buscamos un Hotel que tuviera abierta la recepción, el Hotel Kyrinas. Ese detalle y el encantador desayuno en el jardín a la mañana siguiente fueron las únicas cosas positivas del Hotel. La habitación era muy pequeña y el baño sin agua caliente. Es una mansión antigua en la zona alta, en la misma calle (!) que nuestro alojamiento a la vuelta de Nicosia y la última noche, a la vuelta de Jordania, la Casa Trianon. Esta es una casa grande, en un primer piso, con grandes y luminosas habitaciones (la nuestra, con tres camas), muchas duchas, servicios y zonas comunes. Da la impresión que han unido dos viviendas, y no está muy ocupada; de hecho, solamente vemos a Koula, la propietaria, Kris, el taxista que nos llevará las dos veces al aeropuerto, y Thimoty, un simpático pero extravagante huesped que sustituirá a Koula el último día. La estancia aquí fue muy agradable, con la comodidad de estar como en casa propia. El único inconveniente fue la falta de refrigeración, suplida por un gran ventilador en el dormitorio.

Hotel Kyrinas
 

 
Casa Trianon



Con Thimoty, de la casa Trianon
 

En Lárnaka nos costó muchísimo encontrar nuestro alojamiento “turístico”. Era una habitación más grande que la del Kyrinas, con una cama grande, y con baño compartido. Al menos, tenía aire acondicionado y no estaba excesivamente lejos del final del paseo marítimo, donde estaba la parada de autobuses. Y sólamente era una noche.
En la siguiente etapa, Famagusta, el Hotel Port View, de cierta categoría en la zona del puerto comercial, a buen precio, con una habitación espectacular y un servicio muy bueno. El recepcionista, azerí, muy amable, nos ayuda con la información de desplazamiento a Salamina, pidiéndonos taxi.

Hotel Port View
  La sorpresa de los alojamientos en Chipre fue la Casa Arsinoe de Nicosia. Una auténtica casa “mediterránea” en el corazón de la ciudad griega. Una casa elegante, con una decoración encantadora, un patio central que hace las veces de sala de estar, y una cocina y dos baños muy espaciosos. También una terraza “lounge” donde tender. Todo lo necesario para una estancia agradable y cómoda, casera. Sólo tenemos ocasión por unos momentos de saludar a la dueña, su hermana y una amiga, muy amables. Parecemos los únicos huéspedes, a parte de una chica oriental y Andreas, un greco-chipriota, con el que tenemos una conversación larga con algunas informaciones sobre la sociedad isleña.

Casa Arsinoe







Con Andreas, en la Casa Arsinoe
Ya en Jordania, en Ammán, el apartamento de Alí es pequeño: un pequeño salón, una habitación con dos camas, una minúscula conica y también un baño pequeño. Suficiente para nosotros, claro, y con la comodidad de la confianza que nos ofrece Alí en cada momento. Él pide un colchón a un vecino y nos acomodamos en él y en el sofá. El apartamento está en una zona estudiantil, muy cerca de la Universidad, con todos los servicios que Alí conoce bien.

Apartamento de Alí
Nuestra gran decepción en el viaje fue el alojamiento en Wadi Musa. Programando el viaje, allí intentamos el couchsurfing sin éxito, y también algún alojamiento “alternativo”. Al final, nos decidimos por la casa Alhamaddín, por ser el más barato y por la referencias que tenía. El estar lejos de la entrada a Petra, según las referencias, se suplía con la amabilidad del dueño que, según esto, te trasladaba en su propio vehículo. No fue así. Estábamos lejos, sí, y el dueño sólo apareció para “recibirnos” y cobrar por adelantado. Menos mal que Adam, una especie de ayudante, estuvo pendiente de nosotros. La habitación, sin aire acondicionado, con ventiladores; y la falta de higiene en los servicios, completaron el “panorama”.

Casa Alhamaddín



Por último el Starlight Camp, en Wadi Rum, solamente tuvo el inconveniente de las “pulgas” cuyas picaduras descubrimos al día siguiente. Nuestra tienda, correcta; los baños, no muy cómodos; los espacios comunes, amplios (quizá también por los pocos turistas que éramos, cuatro parejas). Y, lo mejor,....¡el espacio colindante para ver las puestas y las salidas de sol en el desierto!