martes, 1 de septiembre de 2020

4. La herida más dolorosa: Nicosia/Lefkosia/Lefkosa



Aunque ya hemos ido haciendo referencia anteriormente, es en la capital dónde el problema político de división de Chipre se vive con más pena, sobretodo a nuestro parecer. Una ciudad preciosa, rica en características comunes, espectacular en patrimonio arquitectónico.... con una calle que la corta en dos, con alambradas y puestos militares, y algunos signos que perviven de desconfianza y/u odios. 



Pero, a pesar de todo, hay un trasiego constante, a todas horas del día, a través del puesto fronterizo, no solamente de turistas, sino también de ciudadanos de una y otra parte que no quieren renunciar a la riqueza que supone esa realidad tozuda de vida compartida. 

Memorial por la Paz al lado del puesto fronterizo


Nosotros, en los dos días de nuestra estancia cruzamos varias veces a una y otra parte de la ciudad; por tanto, en este blog no diferenciaremos, no queremos hacerlo, entre la zona turca y la griega.
Como previa, recomendamos la visita al Museo Arqueológico de Chipre, fuera de las murallas, muy cerca de la Puerta de Pafos. Es un edificio de estilo neoclásico, pequeño, pero acondicionado con mucho gusto, y que contiene valiosas piezas que nos permite entender la realidad de la isla como encrucijada de culturas prehistóricas e históricas de todo el Mediterráneo, y más.


Nos sorprendió, por ejemplo, en la sala 4, la multitud de figuritas de cerámica del altar circular de Agia Irini, de época arcaica. Las esculturas de influencia egipcia y asiria de la sala 5, y, por su belleza, la estatua en bronce del emperador Septimio Severo de la sala 6. Hay tambien muchas muestras de recostrucción de tumbas, destacando las tumbas reales de Salamina






¡Tuvimos la suerte que, en nuestra visita, la exposición temporal del Museo estaba dedicada a las cerámicas de Pablo Picasso con algunas correspondencias con la cerámica chipriota!

Como Famagusta, también Nicosia está rodeada de murallas venecianas bien conservadas. En este caso, los fosos, a norte y sur, están ocupados por zonas ajardinadas. La puerta más monumental es la del norte, la Puerta de Kyrenia. Pero hicimos un primer recorrido por las murallas y vimos, al sur, la Puerta de Pafos y la de Famagusta.
Puerta de Pafos

Puerta de Famagusta

Ya dentro, los dos monumentos más espectaculares a nuestro parecer, son la Mezquita de Selimiye y el Büyük Kan.
La Mezquita de Selimiye es la antigua Catedral de Santa Sofía, del siglo XIII-XIV. Como la de Famagusta, a su estilo gótico francés, sumó dos minaretes con la invasión turca del siglo XVI y se convirtió en mezquita, y ahora es un edificio imponente con la mezcla de estilos y culturas. Justo a lado de la Mezquita, está el Bedestán, una encantadora iglesia bizantina del s. XII reformada en estilo gótico en el XIV.


 
Bedestán (San Nicolás)
El Büyük Kan es un caravasar, la Gran Posada, del siglo XVI, con un gran patio interior rodeado actualmente por comercios de todo tipo. También se realizan actos culturales. Tuvimos la mala suerte de llegar en el momento de su cierre, y no pudimos visitarlo por dentro.


Naturalmente, en nuestros paseos por Nicosia pudimos ver también otros muchos edificios interesantes. Al sur, de oeste a este, la Iglesia maronita, la Kasteliotissa, el Ayuntamiento, la Mezquita Bayraktar, los restos del Acueducto, el Centro Cultural Melina Mercuri, la preciosa iglesia bizantina de Panagia Chrysaliniotissa, la mansion Archontiko de Axiothea (un una zona residencial muy elegante). Más hacia el centro, la Mezquita y el Hamam Omeriye y, naturalmente, la pequeña catedral actual de San Juan Teólogo y el lujoso Palacio Arzobispal (¿tiene algo que ver ese lujo del Arzobispo con su visión demasiado partidista/religiosa que tanta responsabilidad tuvo en la desgraciada partición de la isla?) y la mansión Hadjegiorgiakis Kornesios. Ya llegando a la zona comercial, Agios Antonios, la iglesia Trypiotis, la Mezquita Arablar, la iglesia de Agia Farenomeni, enorme, de menor valor histórico, de finales del s. XIX y Agios Savvas.

Iglesia maronita

Ayuntamiento
Restos del acueducto


Panagia Chrisialionitissa

Mansión Archontiko

Mezquita Omeriye

Catedral de San Juan Teólogo

Palacio Arzobispal

Agios Antonios

Mansión Hadjegiorgiakis

Hamam Omeriye

Iglesia Farenomini

Agia Trypiotis

Agios Savvas

El centro comercial y social de Nicosia, al sur, es la calle Ledra, peatonal, con terrazas y bares (y alguna fachada modernista), al estilo occidental. Es el paso obligado  de turistas y locales, que termina el el puesto fronterizo.

Al norte de la aduana, nos recibe una encantadora placita rodeada de numerosas tiendas al estilo oriental. Allí empieza la calle Arasta que, hacia el este, nos conduce hasta la Mezquita Selemiye. Esta calle también está llena de restaurantes y terrazas. Hacia el norte, desde la placita, la calle Girne Caddesi tambien tiene elegantes edificios modernistas (destaca a la izquierda el conjunto de los Juzgados Británicos y la Columna veneciana en la parte más ancha) y nos lleva hasta la Puerta de Kyrenia. Vale la pena detenerse al oeste de esta calle para ver el barrio de Samanbahçe, un agradable espacio de casas blancas de principios del siglo XX, con una fuente hexagonal cubierta en el centro.



En el recorrido por esta zona encontramos, al oeste, el Büyük Hamam, unos elegantes baños turcos (con una preciosa entrada con arco y tímpano románico-gótico); la Mezquita Arab Ahmet, el señorial barrio de Arabahmet, la Iglesia armenia con su plácido patio, y la Casa de Dervis Pasá (los antiguos derviches turcos).




Hacia el este, más allá de la Mezquita de Selemiye, también hay muchos edificios de interés: el Mercado municipal (nos costó encontrarlo abierto) de principios del s.XX, en fase de restauración, pero con el encanto de los mercados antiguos; la Biblioteca del Sultán, la casa del Alero, el Museo Lapidario, la casa Lusignan, la Mezquita Yeni y la iglesia de San Lucas.

Biblioteca

Museo Lapidario





Extramuros, pero sin demasiado interés artístico, el Parlamento turcochipriota.
Aun completamos nuestra visita a Nicosia con una excursión a Kyrenia, en la costa norte de Chipre, simplemente por el gusto de tomar el baño en las playas de esta partede la isla.
Kyrenia, o Girne en turco, es una ciudad importante, turistica, portuaria y universitaria. Fue fácil, saliendo de Nicosia por la Puerta de Kyrenia, los jardines de la muralla y la avenida Gazeteci Kemal, llegar a la estación de autobuses, un descampado con muchas oficinas de venta de billetes a todo el norte.
La ciudad vieja tiene el encanto de sus calles estrechas, con edificios antiguos (algunos rehabilitados para fines turísticos como el Mercado cubierto, donde nos tomamos unas cervezas) bajando hacia el animado puerto, deportivo y de pescadores, con numerosas terrazas de restaurantes “marineros”. De camino vimos la Torre Lusignan, circular, pero nuestra gran frustración fue no poder entrar (¡faltaban 5 minutos para el cierre y no nos dejaron pasar!) al Castillo para ver al menos el Barco de Kyrenia (nuestro principal interés), el barco mercante griego del siglo IV a.C. También junto a la zona de los buses, es curioso el jardín con el Cementerio Musulmán y la iglesia anglicana de San Andrés.








Las playas están lejos de la ciudad, cogimos un autobús hacia el oeste, y caminamos unos cientos de metros hasta la playa de Kervansaray, una agradable playita de arena, con duchas y hamacas (de pago), y restaurantes agradables donde comer.

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