miércoles, 14 de marzo de 2018

Shiraz, la ciudad del "tesoro": ¡Persépolis!

 (2 de noviembre) 
Trayecto del vuelo Ahvaz - Shiraz

Hacemos el trayecto Ahvaz - Shiraz en avión, tal y como teníamos previsto, sin problemas. Es barato y los aeropuertos son cómodos y "manejables". Cuando llegamos, contactamos con Razieh que nos envía la dirección en farsi para que lleguemos a su casa en taxi. Hemos contactado con ella a través Couchsurfing porque Shiraz es una ciudad con muchas excursiones previstas y ella, como contrapartida al alojamiento gratuito, ofrecía un buen precio por las visitas con su marido como taxista, Mohamed. Cuando llegamos nos ofrecen una granada abierta, que es un bonito recibimiento. 
Empezamos el descubrimiento de Shiraz. La ciudadela, Arg-e Karim Khan, con la torre torcida. El Bazar Vakil y la visita al mausoleo Shah-e Cheragh, a la hora perfecta del cambio de luces de la tarde. Unos momentos mágicos, con la guía oficial para turistas extranjeros, muy atenta. Tomamos té en el Café Elefante, en un acogedor patio del caravansarai ubicado en el recinto del Bazar. Al final de la tarde nos deleitamos con un joven cantante en un rincón de la ciudadela, con versos musicados. 

Ciudadela de Arg-e Karim Khan
Bazar Vakil

Mausoleo Shah-e Cheragh


(3 de noviembre)
Primer día de excursión en el coche de Mohamed y Razieh

La primera excursión nos lleva hacia el noroeste, empezamos por la Cueva de Tang-e Chogan. Pero no llegamos, nos quedamos a un tercio del final del ascenso: es demasiado esfuerzo para nosotros, y queremos hacer tranquilos las demás visitas del día. Los relieves de la garganta de Tang-e Chogan, propaganda de las victorias de los reyes sasánidas, son preciosas. Y en Bishapur, con la luz brillante de la tarde, visitamos las extensas ruinas de época romana. Hemos desayunado de picnic preparado por Razieh y Mohamed junto a la carretera; comemos en un chiringuito destartalado (un poco caro) cerca de Bishapur; y por la noche probamos el faloodeh, el helado típico con forma de fideos blancos, con sabor de azafrán y de cerezas. ¡Buenísimos! 

Subida a la cueva de Tang-e Chogan

Relieves de Tang-e Chogan

Ruinas de Bishapur
(4 de noviembre)
Segundo día de excursión en el coche de Mohamed y Razieh

El segundo día desayunamos ash, la sopa que toman en Irán para desayunar, en el picnic del camino, y está buena también. La primera parada es para subir al castillo de Qal’eh-e Doktar, encaramado en las rocas que dominan las gargantas del río, en las paredes de las cuales hay más relieves sasánidas. Esta vez podemos consumar la subida, mucho menos exigente que la del día anterior. Después, la maravilla del día, el Palacio de Ardashir, en Firuzabad. Una mole impresionante de piedra con una gran cúpula que nos trae a la memoria el Panteón de Roma, y un majestuoso iwán de dimensiones apabullantes. Son visibles restos  de enlucido con decoraciones que muestran reminiscencias egipcias y ornamentos que nos recuerdan el prerrománico. 
Unos pocos kilómetros más al sur, nos encontramos con las ruinas de Gur, apenas reconocible en medio de zonas de cultivo, es imposible ver (salvo a vista de pájaro) el trazado circular perfecto (de unos dos kilómetros de diámetro) de la antigua ciudad. Además de algunos restos diseminados, lo único que destaca en el horizonte es la gigantesca torre de Gur, seguramente levantada para el culto al fuego zoroastriano, que parece un inmenso monolito.
Volviendo a Shiraz hacemos una parada en el Lago Maharloo, de un tono rosa pálido y repleto de las escamas de sal tan características en los lagos salados. Llegamos a la ciudad a hora del almuerzo y Razieh y Mohamed nos recomiendan un buen restaurante típico iraní, ternera guisada con arroz y berenjena y tomate. Después hacemos tareas: cambiar dinero, comprar billetes de transporte por los siguientes días,....probamos galletas buenísimas de pistacho y volvemos a los faloodeh. Tomamos un capuccinno el Café Royal (en la Plaza del Hammam junto al Bazar Vakil) lugar NADA recomendable, por ser muy caro (3€ cada cappuccino) y por echarnos por cierre apenas diez minutos después de llegar y sin previo aviso. ¡¡UN ABUSO!!

"Ash", la sopa iraní del desayuno

Castillo de Qal'he-e Doktar

La impresionante mole del palacio de Ardashir en Firuzabad
La inmensa torre de Gur

(5 de noviembre)
Tercera día de excursión en coche, esta vez solo con Mohamed

La tercera es la excursión más esperada: Persépolis, Naqsh-e Rostam y Pasargada. Vamos solo con Mohamed que está muy pendiente de nosotros. En Persépolis estamos tres horas y media. Un sueño. Emoción al ver desde la entrada la meseta artificial. La Puerta de todas las Naciones, los maravillosos relieves de las escaleras de la Apadana, los Palacios de Darío y Jerjes, el Salón de las Cien Columnas, el Museo, las tumbas reales talladas en la montaña, con unas increíbles vistas de la ciudad desde las alturas. Después nos paramos en Naqsh-e Rostam, las tumbas excavadas en la roca y los relieves sasánidas debajo: ¡impresionantes los caballos en movimiento! Comemos a la entrada de Pasargada, un restaurante iraní sencillo que nos recomienda Mohamed. Es impresionante la tumba de Ciro el Grande, y al sol de la tarde, la inmensidad de la ciudad, con restos dispersos por una llanura extensa que se ve desde lo alto del cerro al final del recinto, donde también hay restos de construcciones. 

A la entrada de Persépolis

Relieves de la Apadana

Relieves de Naqsh-e Rostam

Ardashir I recibe el anillo de poder de Ahura Mazda, relieve sasánida de Naqsh-e Rostam

Tumba de Ciro en Pasargada


(6 de noviembre)
Situación de Shiraz en Irán

Tal y cómo habíamos quedado, esa noche vamos a dormir a casa de un amigo de Razieh, Mansur, puesto que ellos reciben tres nuevas huéspedes, unas chicas indonesias.
Reservamos el último día completo en Shiraz para hacer turismo por la ciudad. Seguimos la recomendación de Razieh y estamos a las 7.30 de la mañana en la Mezquita Nassir-ol-Molk para ver sus mágicos colores. Preciosos. Después, el Naranjestan-e Ghavam, un bonito palacete del siglo XX. Nos acercamos hasta los jardines Eram (el Jardín Botánico) declarado Patrimonio de la Humanidad. Comemos en Saray-e Mehr, un restaurante típico dentro del Bazar, el típico dizi, como un cocido iraní. Nos despedimos de Shiraz con los helados del rincón de la Ciudadela. Tomamos té en la habitación de Mansur, con Razieh y Mohamed, conversamos, mucho más relajados hasta que llega la hora de llevarnos a la estación de autobuses, donde nos despedimos y emprendemos ruta nocturna hacia Kermán.

El mágico efecto de las vidrieras en la Mezquita Nassir-ol-Molk

Palacio de Naranjestan-e Ghavam

Jardines de Eram, el botánico de Shiraz y Patrimonio de la Humanidad

Con Mohamed, Razieh y Mansur, en casa de este último






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