domingo, 18 de marzo de 2018

Zanján - Takht-e Soleyman - Hamadán, una etapa "complicada"

(29 de octubre)
Trayecto Zanján - Hamadán en taxi privado

Detalle del trayecto con las paradas efectuadas

Vaheed viene a traernos el desayuno al hotel: un pan especial llamado barbarie y nata, y recarga datos en nuestra SIM en un cajero automático. Ahora él tiene que ir a trabajar y nosotros iniciar la etapa que parecía "complicada" por la falta de transporte público directo pero que nuestro couch, felizmente, nos ha resuelto. Nuestra despedida es una mezcla de felicidad y tristeza, ha sido el primer contacto auténtico con la gente del país aunque breve y tenemos que decir adiós a una persona que nos hubiera gustado conocer mejor.

Vaheed ayudándonos con nuestros problemas con la SIM
Preparando el desayuno

Meisem, nuestro taxista de hoy, también es amable, eficaz y paciente. Como no habla inglés, podemos comunicarnos poco con él, pero está pendiente de nosotros, habla por el móvil cuando necesita aclarar algo y nos pasa a su interlocutor, que sí habla inglés, para comprobar que todo va bien. Nos encuentra lugar para comer en Bijar, población a mitad de camino donde tomamos un delicioso kebab kurdo, y no se marcha hasta que no encontramos en Hamadán un hotel que nos guste ya entrada la tarde.

En el restaurante kurdo de Bijar con los empleados

Con Meisem, nuestro taxista antes de despedirnos en Hamadán

La ruta de hoy es cara (no tanto por nosotros), larga, a través de las montañas áridas de los Zagros (algunas manchas de árboles con colores otoñales), pero nos sirve para llegar a Hamadán en un día dando un gran rodeo para realizar una visita a la cual no queremos renunciar: Takht-e Soleyman. Es un nido de águilas con un maravilloso lago de agua dulce en medio. Impresionante. Ruinas aqueménidas, sasánidas y mogoles. El fuerte viento que sopla, levanta olas en el lago y es una delicia.

El lago y las estructuras de Takht-e Soleyman

Las murallas de Takht-e Soleyman

El Hotel Safir de Hamadán es bastante lujoso, pero sin WIFI y alejado del centro. Lo acaban de inaugurar hace poco y, al entrar nosotros a la habitación, ponen la bandera de España en la recepción: acogedores y amables.

La bandera de España que colocaron al ver nuestro pasaporte






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