viernes, 9 de marzo de 2018

ACABAMOS EL VIAJE: Teherán moderna y acogedora, guiados por Fátima.

(15 de noviembre) 
Nuestro último trayecto en autobús VIP Kashán - Teherán

Fátima es nuestra última couch del viaje. Y es el mejor final: es una mujer encantadora, valiente y sabia. Nos aloja los tres días en su casa, nos acompaña durante toda la primera jornada (dejando su trabajo para atendernos) y las dos noches posteriores, llevándonos a lugares no frecuentados por turistas pero que son el latido de la gran ciudad diversa y moderna que es Teherán actualmente. Es valiente porque aloja sin problemas a dos viajeros hombres, siendo una mujer divorciada. Y es sabia porque siempre recordaremos su perfecto español y todos sus conocimientos de hispanista sobre nuestra cultura, y, especialmente, su devoción (compartida por nosotros) por Federico Garcia Lorca. 

Con Fátima en el Museo Nacional

Empezamos la visita a la capital por el Museo Nacional, está claro, un edificio espléndido del arquitecto francés André Godard, del 1936, con un enorme iwan en la entrada, enlazando esta moderna construcción con la arquitectura del pasado del país. Disfrutamos de las piezas de los lugares que hemos visitado... ¡allí están los maravillosos bajorrelieves del trono de Darío en Persépolis, el arquero policromado, algunas columnas y capiteles!

Frente a la portada del Museo Nacional donde apreciamos el iwan de Godard
Ante un capitel de Persépolis y, al fondo, Fátima
Arquero en cerámica policromada

Probamos en el Restaurante Gole Rezaiah las especialidades locales que Fátima selecciona para nosotros. Es un restaurante moderno, bohemio, punto de reunión de periodistas y diplomáticos, con fotografías de personajes de la cultura de todo el mundo. El Café Romance, cerca, es una casa antigua rehabilitada, también un lugar elegante y tranquilo para el té y el café. Por la noche, visitamos el área del Puente Tabiat o de la Naturaleza, una apuesta vanguardista de la nueva Teherán diseño de la joven arquitecta iraní Leila Araghian. Un puente con varias pasarelas iluminadas en verde que invitan al paseo tranquilo y al encuentro amistoso. Sobre las carreteras urbanas comunica los jardines de una antigua mansión con una zona de bares, restaurantes, jardines y fuentes de una ciudad “occidental” contemporánea. 

En la puerta del restaurante Gole Rezaiah
Puente Tabiat (de la Naturaleza)
(16 de noviembre)

El día siguiente empezamos la visita por la antigua embajada de los EE. UU., con los conocidos murales alusivos y reivindicativos. Paseamos por el centro, viendo algunos edificios oficiales: el Parlamento (el edificio antiguo y el nuevo), la Aduana, la Mezquita Shahid Motahari, el Bazar, la Mezquita del Imam... y, después de comer en un local sin turistas al lado del bazar, acabamos llegando a la hora justa para ver el Museo Reza Abbasi. Una delicia, elegante, con algunas piezas de oro pre-islámicas, cerámica, miniaturas y caligrafías islámicas. Con Fátima vamos a la zona de la antigua Prisión de Qasr (utilizada por el Sha y, posteriormente por la Revolución) que ahora está transformada en jardines y zona de ocio a cenar en un café.

Las famosísimas pinturas de la antigua embajada de los Estados Unidos
Aduana
Ritón de oro, excepcional pieza del Museo Reza Abbasi
Paseando por el complejo de la Prisión de Qasr
(17 de noviembre)

El último día Fátima nos lleva con su coche a la zona de Darband antes de irse a trabajar. Como es viernes, es día de fiesta por los ciudadanos de Teherán y utilizan este torrente que se adentra en las montañas norteñas, como zona de recreo. Los más jóvenes suben más arriba, con mochilas y ropa deportiva. Las familias pasean, y se paran en las tiendecillas que hay, teterías y venta de fruta. La última visita que hacemos es a la Torre Azadi, el símbolo actual de Teherán. Como un arco de triunfo iraní, su tamaño, enorme, se aprecia mejor con la proximidad. Todavía, en metro, volvemos al centro de la ciudad para hacer un último paseo: la Plaza del Teatro Nacional, con los dos edificios, el antiguo y el moderno; la calle Ferdowsi, el Park-e-Shar, muy concurrido por las familias iraníes y donde contemplamos un pequeño parque de atracciones.
Regresamos a casa donde nuestra anfitriona nos ha preparado una espléndida cena de despedida y, después de preparar el equipaje, Fátima nos acompaña al coche Snapp que espera abajo y se despide con un ritual, echando agua al suelo, para propiciarnos un buen viaje y que nos volvamos a ver. El coche arranca camino del aeropuerto. Tenemos que reprimir las lágrimas. No queremos volver a casa. Queremos seguir disfrutando de la cordialidad y el cariño iraní... llegamos a la terminal pensando en cuando podremos regresar a este increíble país, ojalá sea pronto...

Procesión en los aledaños de Darband

Paseo por Darband
Venta de frutas y zumos en Darband
Torre Azadi
Antiguo Teatro Nacional
Atracciones en el Park-e-Shar
Espectacular cena de despedida en casa de Fátima
Trayecto de vuelta a València. El momento más triste de todo el viaje...








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